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13 de Julio 2005

¡mira!

subes y subes. estás a cien metros de altura. ya no piensas en nada, solo miras a lo lejos, la mente está en blanco. la suerte está hechada.
entonces se oye: ¡clac! y caes.

son tres segundos de caída libre, 86 metros directos al suelo. 14 metros de frenada lenta, casi brusca. es genial.
nos bajamos del "Huracán Condor", una atracción de Port Aventura (parque de atracciones situado en la provincia Tarragona, Cataluña, España).

A. se baja y le tiemblan las piernas de la impresión, yo estoy bien, dando saltitos, suelto, como si nada hubiera pasado. vale la pena, genial. las compañeras de viaje apenas gritaron, en esos 3 segundos, el grito no sale de la garganta: no le da tiempo.
lo gracioso es que te hacen una foto en el instante del ¡clac!, yo salgo con la sonrisa tonta, mirando al horizonte. A. sale con una sonrisa nerviosa pero con los ojos cerrados. le digo que no puede ser que la próxima tiene que abrir los ojos, me mira como si estuviera loco.

por lo demás, un típico día de Port Aventura, de aquí para allá, un sol que cae como una losa, las atracciones típicas, los frijoles de la cantina mexicana y lo que se suponía eran mariachis, algún espectáculo, remojón en el Tutuki y en los tronkitos, Paco (el de las aves del paraíso) esta como un cencerro (te lo pasas pipa), luego un paseito reconfortante al sol del atardecer y otra vez a la caída libre.

se ve desde casi todo el recinto. me subyuga. se ve como suben y como caen los habitáculos. cada vez que miro y veo que llegan arriba, el ¡clac! lo oigo en mi cabeza (si estoy muy lejos, porque cerca se oye bastante) y entonces caen hacia abajo endiabladamente. en mi interior se reproduce un bienestar e incluso me hace sonreir.

hacemos otra vez cola, se ha corrido la voz, hay más gente dispuesta a probarlo. en la cola vemos que la atracción tiene un punto importante de mejora: los asientos se pueden inclinar unos 45º, con lo que caes mirando al suelo no mirando hacia delante (y se mueven arriba del todo, justo antes del ¡clac! para más acongojo). hubiera sido genial, pero no nos tocó (para alivo de alguna que yo me sé...)

nos volvimos a subir en el mismo que esta mañana. otra vez arriba del todo, ya estabamos frenando. me tocó otra vez el lateral, al lado contrario de la primera vez. le digo que mire, que abra los ojos, que no sabe lo que se pierde.... me hace caso, pero me despista y me señala algo. allí se ve de todo, el horizonte, los barcos de la bahía, el Dragon Khan (que se queda pequeño), el sol como se esconde tras las nuves, todo el parque entero... pero ella ve un Ying-Yang cortado en el césped de la China (debajo del Dragon Khan), seguimos hablando, me cuesta encontrarlo.
lo hago, pero ya es demasiado tarde: oh no... ¡clac!

(si no fuera porque vas sujetado con un peazo de arnés, quedarías suspendido en el aire justo un instante mientras que tu asiento ya está 50m debajo tuyo, por acción de la gravedad)

caemos a gran velocidad, noto una racha de viento por mi lado. me retuerzo entero, mis piernas flotan en el aire, se me olvida todo en 3 segundos.

ya en el suelo,a A. le vuelven a temblar las piernas. yo no consigo entender que me pasa, me ha vuelto a encantar: estoy como nuevo. no se como los otros amigos no se suben. nos alejamos ya para el parking, a lo lejos siguen subiendo y bajando.

¡qué cosas!

Posted by Sainthropee at 13 de Julio 2005 a las 03:56 PM
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