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7 de Mayo 2004

NOVELA

2.- MERECIDO DESCANSO (PART ONE)

La luz anaranjada del sol al amanecer empezaba a aparecer
en las calles desiertas. El paseo marítimo estaba solitario, las churrerías estaban todavía cerradas y todos los bares estaban cerrados. Un coche
gris circulaba lentamente por las carreteras sin oposición alguna. Su conductora lucia unas gafas de sol para protegerse de la luz matutina
y para esconder las ojeras que llevaba. Paloma subió el volumen de
la radio, la Oreja de Van Gogh, su grupo preferido, sonaba a todo
volumen. Faltaba ya poco para llegar a su casa y quería mantenerse
despierta. Pisó el acelerador de su Ford Focus gris plateado y pasó por
el paseo como una exhalación. Bajó la ventanilla y reposó el codo en la ventanilla, el aire fresco entraba mientras se dirigía a casa.
Aparcó delante de una casa blanca de dos pisos, herencia de
su abuela. La radio ahora estaba demasiado fuerte y la apagó. Se puso
la chaqueta y bajó del coche, al salir el frío de la mañana le golpeo en la
cara. Cerró la puerta del coche y caminando hacia atrás pulso el botón
de la alarma, las luces del coche se encendieron y parpadearon
alegremente. Finalmente se oyó un pitido y las luces se apagaron.
Entro por el jardín, miró el buzón, desatendido estos últimos días y entró
a casa. Mientras la puerta se cerraba, retiró un cuadro decorativo y
desconectó la alarma. Cerró la puerta con llave y dejó el manojo de
llaves puestas.

Paloma colgó el bolso y la chaqueta detrás de la puerta. Fue a la cocina y bebió un poco de agua. Estaba subiendo las escaleras para irse a dormir, se paró en seco. Se sentó en la escalera, se quitó los zapatos de tacón de aguja y se los llevó en la mano al dormitorio. Cuando llegó al dormitorio los tiró al suelo nada más pasar el umbral de la puerta, con los pies desnudos camino por la moqueta y se estiró en la cama. Reposó unos minutos con los ojos despiertos, después se levantó se quitó el vestido negro de tirantes y lo dejó encima de la alcoba. Fue hacia la ventana, bajo la persiana hasta que el sol no la molestaba. Se quitó el tanga negro que llevaba y se puso a dormir desnuda, como le gustaba.
Paloma estaba soñando quizás, pero notaba algo le acariciaba los tobillos. Abrió los ojos lentamente y se incorporó levemente. El maullido de su gata se lo confirmó, Dolores estaba allí en la cama con ella. La llamó y la gata fue hasta ella. Por la ventana ya no se intuía la luz del sol, sino el claror de la Luna. Miró el despertador de la mesita, eran las diez de la noche. Ha sido un día muy largo, bien a merecido el descanso. Después de un largo día lo que más le apetecía era un buen baño. Dolores ronroneaba al lado de su ama, mientras le acariciaba la cabeza. Paloma se levantó tranquilamente, cogió a su gata y la dejó encima de su cojín favorito. Se dirigió al baño que había en el segundo piso de la casa, el más cercano a su habitación. Puso la bañera a llenar con agua caliente a la vez que introducía algunas sales aromáticas y jabones aromáticos.
La bañera se estaba llenando, Paloma se miraba al espejo. Su maquillaje ya no estaba en su sitio, en sus ojos se divisaban unas ojeras que no se podían disimular. Su pelo estaba alborotado y despeinado, pero en el espejo los dientes blancos relucían entre sus labios rojos conformando una gran sonrisa. La noche no había sido tan mala, se dijo a sí misma.
Puso los pies uno a uno en la bañera, la espuma que se había formado acariciaba sus piernas doloridas de tanto bailar. El agua no estaba ni caliente ni fría, estaba templada. Al menos ahora puedo estar tranquila y relajarme un rato, pensaba mientras se acomodaba en aquella bañera grande y circular. Tenia los pies totalmente estirados y la cabeza reposaba en el borde de la bañera, donde tenia una toalla cuidadosamente doblada como almohada. Era otro descanso más después de pasar toda la noche en la discoteca. Aunque para muchos ese podría ser el trabajo ideal, a ella no le parecía tan bonito. Toda la noche bailando sin parar, a cinco metros del suelo y sin poder descansar casi. Es cierto que tenia todas las consumiciones que quería, pero no se acababa de acostumbrar de ser el centro de atención de tanta gente. Al principio si que lo pasaba mal, pero ahora solo bailaba. No se preocupaba de nada más, para ello estaban los chicos de seguridad. Era más tranquilo si cabe que el de camarera. Antes era camarera, pero una noche al terminar su turno se puso a bailar con sus amigas y el jefe le propuso un ascenso en la discoteca. A Paloma lo de ser go-go no le hacía demasiada ilusión, pero bueno el sueldo duplicaba el suyo y ya no tenía que soportar a los borrachos detrás de la barra.
Llevaba desde el verano haciendo de bailarina y había tenido muchos menos problemas y más alegrías que siendo camarera. Eso sí, siempre tenía miedo que algún loco le esperara a la salida de la discoteca. Aquella noche era especial, nochevieja, la gran fiesta para acabar el año. La discoteca estaría a tope y todo tenía que salir perfecto. Su jefe había insistido que las chicas hicieran un especial cada hora, con un foco iluminándolas y con un baile todavía más sugerente si era posible. Llego a las doce a la discoteca y el primer baile especial era a la una, se puso un conjunto muy atrevido con un top y una falda blanca muy corta. Estuvo bailando toda la noche casi sin parar, hasta que llegaron las cinco y su trabajo había concluido. Algunas chicas se quedaron bailando para los rezagados, pero ella prefirió bajar a la pista y tomarse una copa. Pasó por vestuarios y se cambió, se puso un vestido negro con tirantes que le dejaba los hombros al descubierto y tenia un escote atrevido.
Se acercaba a la barra a pedir un martini, esquivaba unos cuantos clientes y saludaba algún cliente habitual que le felicitaba por su enorme talento artístico. Ella se reía, le saludaba y se iba. Uno de seguridad se le acercó para preguntarle si necesitaba ayuda, pero Paloma le respondió que ya sabia defenderse sola. Llegó a la barra y pidió un martini. A su lado había un chico un poco más alto que ella, barba de tres días y que tenía un atractivo especial. Él miraba hacia la pista como si buscase a alguien, pero no movía la cabeza, como si mirase al infinito.


Posted by Sainthropee at 7 de Mayo 2004 a las 04:58 PM
Lo que dicen

Vaya con lo que me gusta leer...Lo leere con tranquilidad y te comentare.

por cierto, gracias por tu comentario y los animos!!. Jeje ya si que no te escapas que te he fichao...ta luego!

Posted by: HeydY on 8 de Mayo 2004 a las 12:04 AM
Algo que contar









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