ayer era lunes y tenía fiesta (después de trabajar todo el domingo ¡¡me lo mercía!!). después de una mañanita movida, todo fueron encargos y recados y otras cosas que se podrían haber hecho culquier otro día (de no ser porque el resto de los días estoy currando claro), me fuí de paseo.
había quedado con una amiga, iba a su terreno, a su barrio. estuve esperando un rato (siempre llego antes y luego llega ella) hacía mucho calor, empezamos a callejear por el barrio de Sant Andreu en Barcelona. debía tener un poco cara de lelo (iba mirando a derecha y izquierda) ella me vaciló con dejarme ahí tirado a ver si sabía volver.
¿realmente estaría perdido?
entonces le dije: - soy un tipo con recursos - (¿aún lo dudas?- pensé) lo que ella no sabe es que al caminar voy cogiendo referencias visuales (ahí tienes la explicación de la cara de lelo casi vizco) por si luego hay que volver deshaciendo los pasos (por otro camino si me sería difícil).
el caso es que es un barrio lleno de pequeñas callejuelas, con muchas tiendas pequeñitas, muchos callejones y pequeños edificios, se aleja de los grandes edificios del otro extremo de la carretera, para conseguir ese efecto de barrio en el que te podrías perder con suma facilidad. además cuando no sabes dónde vas, caminas sin sentido, en las curvas dudas si derecha y izquierda e intentas seguir el ritmo lo mejor que puedes. hicimos una breve parada y nos dirigimos a la bibilioteca del barrio: ¡vaya tela! allí se estaba de vicio, aire acondicionado, sofás, sillas cómodas y a lo que íbamos: muchos libros. hace tanto que no pisaba una biblioteca, que me perdí entre las estanterías en busca de un libro, que no encontré (rememorando los viejos tiempos).
salimos de la biblioteca y esquivamos como pudimos a los niños y sus balones (había uno que nos miraba con mala cara porque quería sacar un córner: nosotros estábamos en medio...)
acabamos en una terraza con un granizado de limón, que con el calor que hacía, se convirtió en fanta de limón con una cañita. estuvimos hablando un rato largo (que demostró que estoy peor de lo mio: cada vez tengo menos memoria) y luego volvimos sobre nuestros pasos para acabar en la estación (con ayuda del metro) para volver a casa. seguía haciendo muchísima calor.
bajé al andén, horrible de calor. menos mal que conseguí un lugar con algo de corriente de aire. el tren estaba bastante lleno, primer vagón y en contra del sentido de la marcha, como siempre.
ya en casa: camisa abierta, pantalón desabrochado, descalzo y con mucha calor, me senté en el balcón, para refrescarme. me bebí una botella de agua mientras escuchaba todo mi mp3.
las doce de la noche, se acabó mi día de fiesta. lo mejor, como siempre, la compañía.