6. VUELTA A CASA
El trabajo de la convención había sido visto y no visto. Es lo que tiene la profesión, estás planeando el golpe durante días, semanas, meses... para que todo salga perfecto el día clave. Pero luego, todo acababa muy rápido: muerte y escape.
Ya en el avión de vuelta a casa, revisaba la documentación utilizada, para comprobar que nada quedaba suelto, destruía los datos y enviaba la confirmación de su acción. Muchos meses atrás, cuando le dijeron que tenía que hacerse cargo de la situación creada en Miami, pensó que una incursión corta y efectiva, resolvería aquello. Las órdenes, estaban claras: tenía que ser por todo lo alto, con gran repercusión pública y que pareciera desde dentro. Eso ya no era coser y cantar.
Tuvo que idear todo un estratagema para incorporarse a la división de FBI de la zona, gracias a sus múltiples tapaderas y sus contactos, a base de talonario del jefe, pudo hacerlo. Pero el resto fue milimétrico. Paso a paso. Sin dejar nada que pudiera descubrirle, fue consiguiendo todos los puntos de su plan maestro.
Lo que más divertido le pareció fue hacer méritos para conseguir las misiones que le interesaban. Por mucha preparación que tuvieran esos jóvenes cachorros salidos de la academia y la experiencia de los veteranos, él les ganaba por la mano. A su edad, su múltiple y variada labor como militar, informador y asesino a sueldo, le ponía a la cabeza de cualquiera. Por eso, no le fue difícil, conseguir que los jefes se fijaran en él, en ese chico recomendado que volvía de su experiencia europea, después de salir de Washington. Según su expediente, después de brillar en su primera destinación, fue enviado a Europa como enlace con otras agencias, para colaborar en temas de terrorismo y delitos informáticos (titulado en ingeniería e informática, en sus tiempos libres claro).
Evidentemente, ese expediente estaba basado en agentes corruptos que se vendían al mejor postor, que en esos momentos era su Jefe. Esas coartadas, le habían facilitado el acceso a la agencia en Miami, el primer paso.
Desde dentro, tener acceso a todos los programas de seguridad, conocer al enemigo y además poder tener un equipo que te haga el trabajo. Al adjudicarle las primeras misiones, los jefes querían probar sus capacidades en el terreno. Se ganó la confianza de su equipo, cuando en una redada a la mafia local, les hizo caer en una emboscada que él mismo desbarató en una jugada maestra, ya que había hecho negocios con aquellos traficantes. Cuando parecía que todo iba bien, aparecieron un grupo de asaltantes por la retaguardia, deliberadamente desguarnecida, porque cubrían otra salida que en realidad daba a un callejón sin salida, que sólo el conocía.
Se sacó de la manga un plan de huída, con un ataque masivo por el flanco izquierdo, donde él estaba y sabía que ganaría la partida al haber concentrado más agentes allí. No le hizo falta la visión nocturna, conocía perfectamente aquel lugar: club que había visitado los últimos meses...
Aquella redada le había hecho popular en la agencia, se le consideraba un tipo con recursos y con un equipo compacto que le seguiría dónde fuera. Un segundo golpe en uno de los casinos que tenía asignados, hizo que el secuestro en la cámara acorazada, se resolviera con una incursión rápida y efectiva, con la captura de los asaltantes.
Fue el día en el que su superior le llamó al despacho:
-Luis, creo que te has ganado nuestro respeto y admiración le dijo su superior, de tal manera que ni si quiera parecía un halago Por eso quiero que te encargues de la seguridad del gobernador cuando vaya a la convención del mes que viene. No quiero fallos. le dijo seriamente.
-No los habrá, señor le informó mientras cogía el dossier informativo de la misión.
-Bien, felicita a los chicos por el trabajo dijo a modo de despedida.
Luis tenía lo que quería, la misión que esperaba. La seguridad del gobernador en la convención de los republicanos de Miami. Lo que no sabía el pobre gobernador es que su asesino se encargaba de su seguridad.
La seguridad fue perfecta, sin incidentes durante todo el fin de semana, hasta que en el discurso final, con el gobernador de Miami: el señor Karl Fox, subió al estrado a realizar su intervención.
-Como bien sabéis compañeros, se está trabajando muy duro desde la dirección para tener altas opciones en las elecciones generales del próximo año, así que vamos hacer que los americanos se sientan orgullosos de nosotros rompieron su discurso los aplausos
-Que no duden que la mejor alternativa, la única alternativa para este gran país, sea nuestro partido volvieron a sonar los aplausos de la multitud.
Entre la multitud, con un pase de periodista, Luis se había adentrado, cámara en mano, hacía el escenario. Había dispuesto un ángulo muerto en aquel lugar cerca del escenario, casi escorado en un lateral. Ni las cámaras de seguridad ni las que retransmitían el evento podrían detectarle. Cuando el confeti empezó a volar y los globos bajaron, todo el mundo aplaudía y saltaba. La música atronaba el lugar.
Luis apuntó, disparó. Cuando la gente se quiso dar cuenta, el gobernador yacía en el suelo y los demás conferenciantes saltaron de sus sillas para ver porqué se había desplomado.
El disparo que mató al gobernador, tuvo que venir de la multitud. Pero la exhaustiva seguridad impedía que nadie hubiera entrado un arma. Los arcos de metales estaban en los accesos al recinto, menos la puerta por donde el había accedido. Una salida de emergencia que estaba en el callejón. Una salida, en la que el cuerpo abatido de un agente, descerrajado con un tiro de escopeta en la cara, hacía irreconocible al agente del FBI al cargo de la seguridad: Luis Santos.
Tuvo que matar a aquel chico, era el único que le había visto entrar por ahí y al tener acceso a su ficha, pruebas dentales, análisis, etc no le había sido difícil resolver su plan de salida. El traidor que jamás fue encontrado, aún con la pista credencial de periodista que tenia el condecorado Luis Santos en la mano, fue una losa difícil de superar para la agencia de Miami.
Los republicanos tampoco se recuperaron de aquel golpe, perdieron Miami en las siguientes elecciones, con el consiguiente cambio de gobernador, uno más favorable para su Jefe.