el sábado llegué del trabajo a las 9:15 de la mañana. Me duché y me vestí, mis tejanos viejos, unos zapotos, mi anorak nuevo y mi camiseta color rojo
llamé a mi cuñao para irnos para Zaragoza, a ver a el equipo. había siete autocares en la esplanada del pabellón, todo teñido con un color rojo. no había sitio asi que, después de hacernos unos bocatas cogimos mi coche rojo (normalmente es granate, pero ayer era más rojo que nunca).
salimos hacía las 11h, 270 km y 3 horitas después, llegamos a Zaragoza City, Massachusetts. dimos un par de vueltas por las "rondas" de la ciudad, para encontrar un enorme pabellón (capacidad de 12000 personas, el de casa tiene 2000, aunque en algunos asientos no se ve el partido (mítico detrás de la columna o en el gallinero que no se ve un pijo), dónde se disputaba el partido.
hicimos un alto para comer, una vez aparcado delante mismito del pabellón. comimos muy bien en EL MESON CASA SERRANO. unos spaguettis y una pechuga de pollo con guarnición por 10 y el partido de la copa de África: marruecos-costa de marfil, gratis.
una vez en el pabellón, el presi nos dió un par de entradas (directamente, que lujazo). entramos y vimos como los del Pozo perdían con Lobelle en la otra semifinal, para delirio amarillo de lugo y tristeza de los murcianos.
empezamos nuestro partido, y cuando les ví salir todos de rojo (teórico color suplente, cosa que no entiendo, pq siempre habíamos ido de rojo) y que habían dejado la camiseta blanca, todo el fondo rojo enloqueció y empezó a gritar.
fue un partido para valientes, para los que no se cansan, para los que luchan, para los buenos, para todos los que sienten que tienen una ocasión de hacer historia para un club pequeño como el nuestro.
hubo alternativas, nosotros, los de rojo, jugando a lo nuestro, ellos, el boomerang, los de verde intentando hacer valer su papel de indiscutible favorito. luchamos hasta el último aliento. tuvimos nuestras oportunidades, forzamos la prórroga. el gran boomerang, con el pichichi de la liga al frente, con sus internacionales y campeones del mundo y de europa, fue incapaz de marcar un golito.
nosotros tampoco, pero ante el mejor portero del mundo (eso dicen) es complicao. algun palo, mala suerte, rebotes, etc todo lo que la calamidad puede soportar. exhaustos, llegó el gol de Daniel de boomerang, en un corner, despiste defensivo (no creo que pudieran ya con su alma) empalme a la escuadra. los de verde lo celebraron como si ganasen la copa de europa, los de rojo, se levantaron del golpe recibido y se fueron a atacar. empujados por el fondo rojo, sin parar, fueron al ataque. jugando con el portero-jugador, tuvimos nuestras ocasiones, pero un fatal error también.
una pelota perdida significó el segundo de Schumacher, el pichichi marcó y nos dedicó un gesto deleznable a todas las personas que en dos dias se habían chupado casi 1200 km para ver al equipo (hubo gente que fue a cuartos tb). lo echaron del partido, descalifcado por menospreciar al público, a todo un pueblo, a todo el pabellón con su acto indigno de un jugador de su categoría.
el pabellón, se enfureció. los neutrales se volvieron rojos, los de rojo aún más rojos y los de verde se volvieron blancos al ver que se les abalanzaba una furia roja indomable. lanzados al ataque, con todas nuestras fuerzas, buscamos un gol que nos diera la satisfacción del trabajo elaborado, pero ese portero, Luis el "Pulpo" Amado, hizo honor a su apodo para desgracia nuestra y jolgorio de los de verde.
acabó el partido, con los nuestros, de rojo, reventados en la pista, en un lado y los de verde abrazados y dando saltitos. pero solo se aplaudia a un equipo, cientos de gargantas gritaban un nombre, un equipo, un pueblo, un sentimiento: rojo.
jugadores aplaudiendo a sus aficionados, todos de rojo. encerré mi camiseta roja en la chaqueta, con mi corazón rojo aún palpitante de rabia e impotencia. cogí mi coche rojo para volver a casa.
3 horas de camino. con una idea en la cabeza: cuando es el próximo partido.