1.- TODO ES COMENZAR
Los rayos del sol entraban por la ventana, estaba amaneciendo.
La noche había sido muy larga, nochevieja tiene esa característica.
Manuel empezaba a despertarse, abrió los ojos, se deslumbró con el
sol que entraba y los volvió a cerrar. Ahora más consciente de la
situación, empezó a dolerle la cabeza. El dolor era punzante y muy
intenso. No hay nada mejor para empezar el año que una buena resaca
el día de año nuevo, se dijo a si mismo. Sus ojos se abrieron poco a
poco, acostumbrándose a la tenue luz de la habitación, iluminada con
los rayos de sol que entraban por los agujeros de las ventanas de
aluminio. Miró al techo con desgana, la lámpara que allí colgaba en el
centro estaba quieta. El resto del techo se movía a voluntad, como el
resto de la habitación.
El despertador digital marcaba las tres de la tarde y treinta minutos.
Las cifras color verde fosforito estaban bailando la conga, era una
buena hora para la siesta. Manuel cogió una almohada y se la puso
en la cabeza. En ese momento se dio cuenta que a su lado no había
nadie. En su mente vagaba el recuerdo de una chica que le acariciaba
en la cama antes de dormirse profundamente. Ahora era incapaz de
pensar que había pasado con aquella chica, sus pensamientos se perdieron
en el sueño profundo.