SITUACIÓN: ANDEN DEL METRO, UN SABADO POR LA TARDE-
NOCHE, ESPERANDO EL MENTRO, EL TIEMPO CUENTA: QUEDAN
POCOS MINUTOS PARA QUE ENTRE EL NUEVO TREN.
EN MIS DAÑADOS OIDOS POR UNA OTITIS DE CABALLO (ESTOY
MEDIO SORDO) SUENA UN CONCIERTO DE LOS PLANETAS DE
MI WALKMAN.
BUSCO UN LUGAR PARA ESPERAR EL METRO, APENAS HAY SITIO,
EL ANDEN ESTÁ LLENO. ME COLOCO EN UN HUEQUECITO, A LA
MITAD DEL ANDÉN.
APARECE ELLA, AL OTRO LADO. SENTADA EN EL SUELO, LA VEO
A TRAVÉS DEL SEPARADOR DE LAS VIAS, UN MURO QUE TIENE
UNA ESPECIE DE BÓVEDA QUE PERMITE VER QUE HAY AL OTRO
LADO. ELLA ESPERA UN TREN, QUE LA LLEVE HACIA ALGÚN LADO.
NO LA CONOZCO DE NADA, ME FIJO.
CERCA DE LAS ESCALERAS, APOYA LA ESPALDA CONTRA LAS
ESCALERAS, ESCUCHA MÚSICA, UNA SUDADERA ROJA, UNA
GORRA DEBAJO DE UNA CAPUCHA, QUE SE RECOLOCA A CADA
INSTANTE.
LA GENTE PASA ENTRE NOSOTROS, DELANTE MIO, DELANTE
SUYO. ELLA SE ACOMODA, ME MUEVO REPARTIENDO EL PESO
UN RATO EN CADA PIE. NO DEJO DE MIRARLA, ELLA NO ME VE,
TIENE LA VISTA PERDIDA.
CON UN SONIDO ESTRUENDOSO, LLEGA EL METRO, ELLA QUEDA
OCULTA DETRÁS DEL VAGÓN, QUE ENTRA COMO UNA EXALACIÓN
EN EL ANDÉN. SUBO AL METRO, ME ACOMODO AL LADO DE LA
VENTANA, VUELVO A MIRARLA MIENTRAS QUE ARRANCA EL METRO.
DESAPARECE ANTE MI VISTA, SIGUE ALLÍ, NO SE HA MOVIDO.
¿A DÓNDE VÁ?
