ACCIÓN/REACIÓN
hay muchas personas que se transforman. Una palabra, un gesto, el alcohol, o cosas más mundanas como el clima o mascar chicle.
No se porqué será, pero la gente masca chicle para todo, para dar clase, para jugar al basket (Air Jordan), etc etc. El caso es que el hecho de mascar chicles les convierte en otra persona: segura de si misma, con una sensación de dominio y según como actitud chulesca. No digo que sea malo, ni que lo hagan queriendo. Es como se ve desde el exterior.
Ayer no entraba nadie en le trabajo, quería marchar antes porque salía y debía asearme, pero a última hora entró un montón de gente (para variar) pero cogí un chicle, me transformé y despaché a la multitud con elegancia, sin perder los nervios y con seguridad....¿será el chicle? (creo que fueron las ganas de irme, pero bueno, algún merito tendría el chicle)
EXTRAÑOS
como bien sabeis, soy un habitual del transporte público. Normalmente voy ensimismado en la música que escucho e intento acomodarme a esos asientos infernales que lleva el autobus o tren de turno. Lo que pasa que cuando no tengo nada que hacer (habitual en los trayectos) me pongo a mirar a la gente, que no conozco de nada. Los mejores son los que llevan un libro, siempre tengo la tentación de saber que leen para intentar adivinar algo de ellos o simplemente saber si el libro esta bién, lo he leido o podría ser interesante.
Con esto el trayecto no es que pase antes, pero es mejor que contar los asientos o simplemente mirar el paisaje que te sabes de memoria (excepto aquel que han destrozado para instalar el AVE)
TONNO&BEER
finalmente llegaba la hora de cenar, hoy no me acompañaba la tele con el Dr. Craine (Fraiser), habitual en mis cenas. En lugar de él, tenía a mis amigos y el Ristorante Montello. También para variar tenía la esquina "animada" de la cena y nos tocó el típico camarero poco agradable porque tenía ganas de terminar su larga jornada laboral y el camarero nuevo que no se entera de nada. Fue agradable reencontrarnos después del verano que ya casi acaba (no por los 35ºC, sino por las fechas) y contar anécdotas del trabajo y/o vacaciones. Los afortunados todavía se tenían que ir y se regodeaban de ello: con cariño, por supuesto