amaneceres pasados

Domingo 19 de Septiembre 2004

LA NUIT

Como todas las noches, esta empezó por oscurecer. Las luces en las calles se encendían a mi paso.

Salir del pabellón, después de una hora y media viendo a tu equipo, que al final pierde en el último minuto, con una cara de tonto que nadie te la aguanta. Cuando alguien te dice que un minuto no es nada, que se lo pregunten a los jugadores que pasaron de la alegria a la decepción en ese tiempo, tiempo en que la mayoria de veces no pasa nada.

Estuve sentado como unos diez minutos esperando que la gente saliera en triste parsimonia. Después, esquivando hinchas decepcionados, me dirigí hacia la estación para ir de cena, cosa que debería esperar pues el tren no salia hasta 30 minutos después.

Entré en un bar, que no suelo entrar, cerca de la estación. Vi un rato el Español-Madrid, con mi quinto en la barra, rodeado de lugareños que comentaban la jugada y otras cosas (las cuales no tenía ni idea).

La renfe me llevó a mi destino, con ayuda del metro. Fue una cena agradable, casi en famlía, en total 5. Como casi siempre me toca reservar a mí, llamé al restaurante. La clave fue que, como siempre, casi nadie me contesta al respecto a mis sms, e-mails, etc y ocurrió lo tipico: reservas para 10-12 (vienen todos), te llaman para confirmar, bajas a 8 personas y te presentas con 5 y te miran como diciendo: -¿Ya estamos todos?-como con sorpresa.

La cena se alargó lo que quisimos, porque no habia prisa. Fuimos a tomar algo, pero mi sentido de la orientación es tan nulo y me obcequé con que había un bar más abajo, que nos cruzamos medio Eixample y parte del otro para acabar en Rambla Catalunya

Nos sentamos dentro de un bar, la terraza estaba cerrada (hacía una hora y media que "paseabamos"), y nos recibe el típico camarero molón-vacilón de esta forma:
-Buenas y cortas noches, ya que en diez minutos cerramos- sentado en la mesa de al lado con una sonrisa malevola. El caso es que al entrar la chica de la terraza nos dice que hasta las 3 o 3:30h no cierran y ¡eran las 1:50h! Se lo comentamos con cariño al camarero y nos dice el amigo:
-Pues no se, a mi me han dicho que ya mismo cerramos, a las tres estoy fuera conectando la alarma- con toda seguridad.
Casi, bueno no, se nos escapa la risa. Nos queriamos ir pero nos suelta:
-Venga pero si seguro que ya sabeis lo que quereis, os sirvo. Tranquilos que nos echaré a patadas- aparece de nuevo esa media sonrisa.

El final ya se conoce, pagamos y nos vamos (se dejan una tónica por cobrar, el tipo no se entera, pero nos falta un euro del cambio vuelve, se para a dos metros de la barra (sin acordarse de la tónica) y nos lo tira encima de la bandeja del cambio: ¡¡buahhh!!!).

El nitbus nos espera, las luces siguen encendidas, la noche se va.

creado por Sainthropee a las 17:02 | dimes y diretes (1)
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