una habitación vacía, casi a oscuras, entra luz por la persiana mal cerrada.
un hombre entra, se quita la camisa. con el torso desnudo, se arrodilla, con los brazos en cruz
-necesito respuesta, por favor, tu que lo ves todo, ayudame - susurraba dirigiendose a Dios (uno cualquiera, no importa)
- . . . - tuvo como respuesta el silencio
-necesito saber que será de mí ¡ayúdame!- ya era una súplica, la carga era muy grande.
-¿Qué va a ser de tí? Pues no se puede remediar lo inevitable - una voz resonaba en su cabeza.
-pero yo quiero saber que será de mí-respondió angustiado
-... pues morirás como todos, eso será de tí - respondió la voz en su cabeza.
ante la magnitud de la contundencia, recogió su camisa y volvió al trabajo, sabiendo lo que quería saber.
en otro lugar, en otra habitación, otra persona preguntaba...