estos días ando con la banda sonora de otra persona. para las personas que tienen la manía, costumbre, afición, etc de escuchar música cuando pasean, caminan, viajan, etc. se puede considerar que cada cual tiene su propia banda sonora.
claramente, todo viene rodado en tu "pelicula" de la vida. tienes tu música en cada momento, según como estes de ánimo, como tengas el día, etc. (voy a censurar los etc en este post a partir de ahora)
a los hechos me remito. volviendo a casa del concierto (saturday night), sería un momento ideal para escuchar algunas de las canciones que llevo casi siempre encima, de esas que hacen que todo se difumine a mi alrededor y no haya nada en que pensar.... o sí.
pero no pudo ser. mi música está en algún lugar de la costa (supongo), lejos. ahora mismo tengo una banda sonora que no me pertenece, que no es mía: prestada.
la cosa es que me imaginé lo que esas canciones podrían hacer pensar/sentir/recordar en su contexto original; me puse a hacer cábalas, elucubraciones y recorridos imaginarios por paisajes de una "película" que no es la mia.
conclusión: acepté esa banda sonora como mía los instantes en que me acompaña, sabiendo que la tendré que devolver, pero sabiendo también que posiblemente no desentonaría en algún que otro pasaje de mi "película"